Entradas

EROS Y GLORIA  Me encontraba, según creo recordar, en la amplia y luminosa cocina de mi casa. Alguno de mis hermanos mayores, no recuerdo cual, me preguntó qué música me gustaba. Para sorpresa de mi familia, mi yo de 6 ó 7 años contestó, “la música erótica”.   Cada uno tenemos en nuestro interior un punto que es tocado por algunas melodías y que nos hace vibrar por dentro y soñar a lo grande. He metido muchos goles en el minuto noventa de partido, regateando contrarios a cámara lenta, con la música de Carros de fuego de fondo. No sé cuántas veces llegué corriendo a salvar a María Lamas, mi amor platónico del bachillerato, de las manos de atracadores, con la banda sonora de Indiana Jones llenándolo todo. Es esa música que despierta al héroe que llevamos dentro y que yo, en la niñez, bauticé como “erótica”.  En la misma cocina, muchos años y sueños después, me encuentro ahora con mi amigo Emilio, el cual, casualmente, se acabó casando con María Lamas. La realidad se impone con el tiempo.